El “affaire” del periodista Huertas Claveria
Peces Històriques Triades Per Josep Maria CasasúsTodo empezó por un reportaje titulado “Vida erótica subterránea” publicado el pasado 7 de junio [1975] en el diario Tele/eXpres y firmado por su redactor J. M. Huertas. […] El 25 de junio el periodista, tras ser citado dos días antes, declaró ante el Juzgado Militar que podía demostrar el contenido de esta frase: “Un buen número de meublés estaban regentados por viudas de militares, al parecer por las dificultades que para obtener permiso para abrir alguno hubo después de la guerra”, según comunicó oficialmente la Oficina de Prensa de Capitanía General, negándose a continuación a revelar las fuentes de información por considerarse amparado en el Principio V del Estatuto de la Profesión Periodística. El pasado 23 de julio el periodista volvió a ser citado por el Juzgado Militar para ser requerido por segunda vez a que revelara las fuentes de información. El periodista, tras volverse a negar, fue detenido y esposado, siendo trasladado inmediatamente a la Cárcel Modelo. La detención de Huertas fue comunicada oficialmente al director en funciones de Tele/eXpre s, Pere Oriol Costa, para que éste lo hiciera a su vez a los familiares del periodista encarcelado. […] Al día siguiente Barcelona se quedó casi sin diarios. E l Noticiero Universal, Tele/eXpre s, Diario de Barcelona, Mundo Diario y El Correo Catalán no salieron a la calle al declararse en paro sus respectivas redacciones, […] La Asociación de la Prensa de Barcelona […] emitió una nota oficial en la que “lamenta que un periodista tenga que ingresar en la cárcel para responder de sus escritos antes de que sea dictada cualquier sentencia”. La reacción ciudadana fue profunda en manifestarse a favor del periodista encarcelado. […] En cuanto a la profesión periodística, el clamor fue unánime a favor de la puesta en libertad de Huertas Claveria. Carlos Sentís, presidente de la Asociación de la Prensa de Barcelona, se entrevistó con el capitán general de la IV Región Militar para solicitar la libertad del periodista. La máxima autoridad militar de la región manifestó que no existía momentáneamente tal posibilidad y que la justicia militar debía seguir su curso habitual. […] Al cerrar la presente edición de Destino el periodista sigue en la cárcel y las manifestaciones de solidaridad con Huertas siguen lloviendo. Pero el fondo de la cuestión es claro. El paro de los periódicos barceloneses -el primero de esta magnitud de la posguerra- revela el creciente malestar de una profesión que, tras ser responsable de servir información al ciudadano, ve coartada su misión desde todos los ángulos de los poderes que gobiernan nuestra sociedad. […] Detener, esposar y encarcelar a un periodista como si se tratara de un delincuente habitual es algo que sonroja y duele a todos los que trabajamos en esta profesión. Un artículo de una ley que data de 1889 ha permitido, y si Dios no lo remedia lo seguirá permitiendo, que estallara este asunto.