ABANS D’ARA
Efímers 24/08/2015

El sol y los turistas

D’Ignacio Agustí (Lliçà de Vall, 1913 - Barcelona, 1974) a Tele/eXpres (1-I-1965). El protagonisme dels anomenats “homes del temps” a la televisió espanyola creixia en paral·lel al turisme.

Ignacio Agustí 1965
2 min
El sol y los turistas

Peces Històriques Triades Per Josep Maria CasasúsYa predijo el hombre del tiempo que durante este mes alternaríamos los días del sol con los días de lluvia y que nuestro verano se vería truncado por alternativas otoñales. Hasta el presente, las predicciones del hombre del tiempo se van cumpliendo y las alternativas a que se refería tienen una duración aproximada de veinticuatro horas, de modo que nos viene tocando por ahora un día de sol por cada día nublado. […] Estos aconteceres nos tienen a nosotros un poco preocupados, pero no por lo que a nosotros mismos respecta, sino por la zozobra y el desconcierto que producen en los que nos visitan. ¡Hay que ver la cara de asombro que ponen todas las mañanas de tiempo gris los alegres turistas! A la hora de darle al huevo duro unos pequeños toques con la cucharilla, que es hora sacrosanta para el turista inglés, hay tal acento de ansiedad en los ojos acuosos y grises de esos huéspedes que uno se siente tentado de rebajarles una porción de sus derechos de peaje. Los extranjeros que están en nuestras playas han venido aquí con el único y exclusivo objeto de remojarse durante las tres cuartas partes de la jornada, sin más interrupción que la hora del almuerzo, que realizan frugalmente, para no comprometer su zambullida vesperal. Un solo día de sol ardiente basta para poner al rojo vivo espaldas y cogotes de esos intrépidos neptunos, y a más de uno lo hemos visto despellejar por sí mismo de la salida a la puesta de sol. […] Tal vez los hados de la meteorología no estén, por ello, tan despistados ni sean tan malévolos como pensábamos nosotros al principio. Esa franja de sosiego y de velada sombra que ponen en los días claros los días que no lo son seguramente contribuye a que los turistas que tomaban el sol a pulmón pelado consigan tener una opinión más moderada de lo que es nuestro país. Las primeras jornadas con niebla y llovizna las pasaron muy mal, no cabe duda. […] Pero luego empezaron ya tranquilamente a transitar por las calles del pueblo. Les pareció que el pueblo era muy tranquilo, muy suave y muy dulce. Descubrieron matices muy honorables y sosegados de las gentes que lo habitan. […]

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