Jacqueline, o el temple de una mujer (1963)
De la crònica de Carles Sentís (Barcelona, 1911-2011) a La Vanguardia Española (26-XI-1963). Avui fa 50 anys dels funerals pel president John Fitzgerald Kennedy, assassinat a Dallas.
Peces Històriques Triades Per Josep Maria CasasúsAquí en Washington ha hecho un día fresco, soleado y transparente. Un día de corte típicamente madrileño. Un día también griego, muy propio para enterrar un héroe. En un cementerio militar, el de Arlington, acabamos de dejar bajo tierra a un verdadero campeón, a un héroe de nuestros días. Si el caballo alazán desmontado que seguía al féretro del guerrero caído evocaba una vieja costumbre de la Roma imperial, la resuelta actitud de Jacqueline Kennedy, avanzando entre sus dos cuñados, a un paso de ritmo casi militar, nos ha recordado la Grecia espartana. He visto el cortejo desde distintos puntos de la ciudad, ganándolo en velocidad, pasando por vericuetos y atajos. Ha durado el entierro unas seis horas, sin que nadie haya pensado en comer o descansar. ¿Habrá habido jamás unas honras fúnebres más grandiosas en América? Sin embargo, entre tanta gente, los Kennedy -la entera Jacqueline no ha cedido a nadie la vigilancia de ciertos detalles- han sabido dar en varios momentos un tono muy religioso y familiar a las fúnebres exequias. […] El réquiem, los "kyries", partían el corazón, mientras asombraba la dignidad de la devota familia Kennedy recibiendo la sagrada comunión de manos del cardenal de Boston, Richard Cushing, el mismo que casó a John y Jacqueline y que luego bautizó a Carolina [ara ambaixadora al Japó] y a John, júnior [aquell dia complia 4 anys]. La niña Carolina, con un lazo de color rosa en la cabeza, no se separaba un solo paso de su madre, cuyos tupidos velos ocultaban sus características facciones. […] La imagen que Jacqueline Kennedy nos está mostrando ahora revela que las cualidades que hasta el momento habíamos visto en ella eran sólo acordes en tono menor de las profundas virtudes de su alma. ¿Cuál de sus gestos fue más elegante que el deslizar juntos los dos anillos en la mano del esposo muerto? […]