El mundo de la Bolsa se estremece (1962)

Peces Històriques Triades Per Josep Maria CasasúsLos dos primeros días de esta semana serán, sin duda, recordados por muchas personas durante toda su vida; es muy fácil que el propio presidente Kennedy, que ha cumplido los 45 años el martes, haya pasado el peor cumpleaños de toda su existencia. Lo que ha ocurrido es, en definitiva, que Wall Street, y detrás de ella las principales bolsas del mundo, han experimentado su mayor caída desde los días aciagos de 1929, cuando todo el complejo económico occidental se hundió. Para dar una idea del verdadero crack bursátil de principios de esta semana, diremos que, el lunes, el número de acciones que cambiaron de manos en Wall Street llegó a la impresionante cifra de 9.500.000, con una pérdida equivalente a muchos miles de millones de pesetas. La conmoción se transmitió pronto a las principales bolsas, y la de Londres cerraba el martes con una pérdida equivalente a 30.000.000.000 de pesetas. Fenómenos más moderados, pero de análoga significación, tenían lugar, simultáneamente, en las bolsas de Francfort, Bruselas, Milán, París, Zurich, Ámsterdam y Tokio. […] Si ello se confirma, habremos pasado por el mayor pánico de la historia bursátil desde 1929, pero sin tener que emplear adjetivos truculentos o trágicos. […] Se engañaría el que creyese ver en lo que ha ocurrido en las bolsas mundiales esta semana una simple muestra del desatino psicológico de los inversores y del miedo infundado que invade, a menudo, los recintos bursátiles. A pesar de las afirmaciones del señor Heller, jefe del comité de consejeros económicos del presidente Kennedy, en este sentido, la mayoría de comentaristas están de acuerdo en vaticinar que la causa del fenómeno tiene raíces más profundas y serias que las tradicionalmente en juego en las bolsas mundiales. […] Se ha tratado de un verdadero fenómeno de crisis de confianza en el enfoque mismo que se pretende dar a la economía occidental. Cuando en 1944 Europa quedó destruida, la tarea urgente propuesta fue la de reconstrucción, que se llevó a cabo dentro de un marco general inflacionario y de un incremento espectacular e incesante de los beneficios. La situación alcanzada en cada momento y la prosperidad son factores importantes para la cotización de las acciones, pero en la economía de la posguerra, tanto en la americana como en la de los demás países industrializados, las expectativas de nuevos beneficios y la secuela de la especulación desenfrenada habían ido hinchando los valores de tal manera que éstos habían dejado de guardar relación con lo que, de una manera lógica y racional, cabía efectivamente esperar de las diversas economías. Así, en los propios Estados Unidos, el índice bursátil Dow Jones ha crecido desde 1947 hasta 1961 tres veces más que el producto nacional bruto. […]