Juan Maragall 1901
16/12/2017

Canción de Navidad

2 min
Canción de Navidad

Peces Històriques Triades Per Josep Maria Casasús[...]

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Los que no sueñan nunca, los que no son sencillos ni puros, los que miran todos los lados de las cosas, los que no se dejan engañar, sino que conocen las cosas por sus nombres y prevén y calculan los inconvenientes y las consecuencias de los actos; éstos no están sujetos a visiones: para ellos, la noche es siempre noche, la nieve es nieve, los ángeles fábula y las canciones tontería: “ - A Betlem me’n vull anar; / vols venir, tu, rabadà? / - Vull esmorzar! / - A Betlem esmorzarem / i a Jesús adorarem: / - Massa hi ha neu! - La neu que pel camí hi ha, / la calor ja la fondrà. / - Oi, la que fa! ” ¿Qué sabe el rabadà de este calor omnipotente del corazón capaz de derretir toda la nieve de los Alpes? -Oi, la que fa! -es claro: él no siente calor alguno y le parece una extravagancia que le hablen de calor cuando él está tiritando de frío. [...] El pueblo ha demostrado un maravilloso instinto del claroscuro al crear en medio del cancionero de Navidad, todo abandono de inocente fe, ese tipo suspicaz, testarudo, prosaico, del rabadà, que no cree y que tiene un fuerte valor humano; es un tipo popular: todos conocemos algún rabadà ; hay muchos. Pero hasta la expresión es felicísima; porque es de notar que, en el diálogo entre el rabadà y la voz creyente que le habla, esta voz canta, con ritmo bien marcado, y la contestación del rabadà rompe el ritmo y no canta, sino que dice, recita; y así se ejecuta esta canción entre el pueblo, a dos voces, una que canta, y el que lleva la voz del rabadà contesta declamando y teniendo las manos formando bocina junto a la boca para sugerir mejor la rudeza, la grosería, la bestialidad del personaje. Este no cantar del rabadà llega a tomar un valor simbólico muy notable; pues cuando la voz creyente le excita a que vaya a Belén para cantar al hermoso Niño, él se niega rotundamente y hasta con cierto horror a ello: - Això sí que no! -exclama. Pero la voz insiste: - Mira, mira, rabadà, / no em facis pas enfadar. / - No vull cantar! No quiere cantar; es inútil; ¡no puede cantar, pobre rabadà! Los rabadanes no cantan. Pero la alegría inocente pasa por encima de él y lo anega y lo hace desaparecer entre multitud de canciones que continúan el gran poema pastoril del Nacimiento: “ Al portal de Betlem / - Tiroron-ton-tena / Al port al de Betlem / Demà tots hi anirem. ” [...] ¡Oh, rústica alegría de los pastores! ¡Cómo te derramas todos los diciembres al través de los siglos por los campos y los poblados y las grandes ciudades, igualándolo todo, y haciéndonos a todos, por un profundo instante, un poco pastores y un poco niños ante el eterno Niño! [...]

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