11/04/2016

¿Qué temía el Santander?

3 min
Mario Conde tornant a la presó després d’un permís el 2004.

Desde la película 'Todos los Hombres del Presidente' sobre el escándalo del Watergate, la frase 'follow the money' se ha hecho célebre. La Fiscalía Anticorrupción y la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil la han puesto en práctica desde los últimos meses de 2014 en relación con los dineros de Mario Conde. Y a juzgar por el impulso que le ha dado a la investigación el juez Santiago Pedraz, parece que ha dado sus frutos.

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Mario Conde opera con un patrimonio oculto desde 1987 cuando, tras vender la empresa Antibióticos a la multinacional italiana Montedison, decidió dejar una parte de su comisión fuera de España.

El 7 de junio de 1989, dieciocho meses después de hacerse con la presidencia de Banesto, Conde y su banda (Arturo Romaní, Francisco J. Sitges y Mariano Gómez de Liaño) crearon una fundación en Liechtenstein llamada Melvin. Y un año más tarde, en 1990, el entonces presidente de Banesto solicitó a un abogado y profesor de Derecho en Lausana, Paolo Gallone, la creación de una sociedad 'holding', Kaneko, para gestionar su ya existente patrimonio en el extranjero.

Condenado primero a diez años de prisión por la Audiencia Nacional y corregida la pena a veinte por el Tribunal Supremo, Conde ha desafiado las resoluciones judiciales en una especie de guerra de guerrillas donde ha exhibido una audacia sin límites.

Debía pagar en concepto de responsabilidades civiles, tras sus dos condenas judiciales, alrededor de 18 millones de euros. Apenas si Banesto (cuyo principal accionista es el Banco Santander) ha cobrado 3 millones de euros.

Las tres fincas del exbanquero –Can Poletá, en Puerto Pollensa; Los Carrizos, en Sevilla y La Salceda en Toledo- siguen bajo su control.

¿Cómo es posible?

La ejecución de la pieza de responsabilidad civil por parte de la Audiencia Nacional ha encontrado dificultades hasta con los registradores de la propiedad encargados de inscribir los embargos, tan eficaces han sido los tentáculos del exbanquero. Pero también ha contado con la pasividad del accionista de Banesto, el Banco Santander.

El hecho es que Conde ha logrado, a través de operaciones con sociedades pantalla, residenciar la propiedad de las tres grandes fincas en Luxemburgo, Holanda y Suiza, a través de las sociedades G. Beteiligung, Ge.So.Co y Asuma BV, y Asebur-Kaneko Holding, respectivamente.

Hay algo que nunca ha funcionado en el caso de Mario Conde. Y es que, después de sus dos condenas, confirmadas por el Tribunal Supremo, el acreedor, Banesto-Banco Santander, no ha mostrado interés en cobrar.

¿Un banco que no está interesado en cobrar? ¿No resulta extraño?

Sí, pero ha sido así. Los equipos jurídicos de Banesto han tenido, según fuentes consultadas, libertad hasta cierto momento para actuar contra el exbanquero. Pero cuando había que llevar la batalla por quitarle el control de las fincas, el Santander no quiso seguir adelante.

La Fiscalía Anticorrupción manifestó interés en 2012 por ejecutar los embargos, pero advirtió que el Santander no quería seguir adelante.

¿Qué podía temer Emilio Botín? Esta era la pregunta que muchos se hicieron en Banesto al ver que los altos ejecutivos de la entidad frenaron la acción para quitar el velo de las sociedades a las que Conde presentaba como las nuevas propietarias de unas fincas que él y su hija Alejandra, seguían administrando como toda la vida.

El fiscal Alejandro Luzón, que quiso impulsar los embargos hasta el final, fue nombrado teniente fiscal en la Secretaría Técnica de la Fiscalía General del Estado a primeros de 2015. Pero antes, en 2014, estaba todavía en la Fiscalía Anticorrupción cuando comenzó la investigación sobre los flujos de dinero que entraban desde Reino Unido-Suiza en las sociedades de Mario Conde dedicadas a fabricar productos cosméticos y de parafarmacia.

La Policía realizó en 2012 informes sobre la titularidad real de las sociedades usadas por Conde para desviar la propiedad de sus fincas, en la fase de ejecución de la pieza de responsabilidad civil. Y en esta nueva investigación ha tocado a la Guardia Civil seguir la pista del dinero.

A todo esto, la Agencia Tributaria declaraba al ex banquero, en diciembre de 2015, el segundo moroso con la Hacienda de este país: 9,9 millones de euros.

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