ABANSD’ARA

Gaudí y el Renacimiento catalán

Gaudí y el Renacimiento catalán
Andrenio 1926
26/06/2018
2 min

Peces Històriques Triades Per Josep Maria CasasúsGaudí era, a mi ver, el artista más representativo del renacimiento catalán. Era también, sin duda, el artista más original que ha aparecido modernamente en el solar hispano, no sólo en la arquitectura, sino en las artes plásticas en general. El más original; no digo que fuese el mejor, pero creo que ni en la pintura ni en la escultura, se ha dado una originalidad tan tumultuosa, tan exasperada, como la de Gaudí en la arquitectura. En la Barcelona mercantil, ordenada, de las cuentas bien ajustadas, en el poble [sic] “gris” donde florecieron las virtudes burguesas del “senyor Esteve”, que algunos añoran, se desarrolló con una potencia inesperada el fermento artístico que tenía un origen lejano e idílico en los juegos florales. El arte nuevo, en todas sus manifestaciones, desde la literatura hasta la arquitectura, tuvo una noble aspiración de originalidad y de grandeza; quería sacar del huerto vernáculo valores europeos y universales. Tradicionalista en muchas cosas, era innovador hasta el punto de desafiar la extravagancia y aparecía como un nuevo almogávar dispuesto a emprender la conquista del Occidente, como las antiguas compañías de Roger de Flor emprendieron la del Oriente cuando quedaron ociosas en Sicilia. De este ímpetu de creación, de personalidad, de magnitud, era un típico representante Gaudí. No el único, pero el más visible por la naturaleza de su arte y el más exagerado. Verdaguer, cuando ya no se escriben epopeyas, renovaba el viejo género con su epopeya del Pirineo. Guimerá infundía en la lengua catalana, en formas épicas y dramáticas el soplo romántico de Víctor Hugo. Pero el más romántico al parecer, era Gaudí. Probablemente ha sido el artista más exasperadamente romántico que se ha dado en la península. En su arquitectura hay sin duda muchos elementos. Ideas del gótico, barroquismo exagerado en la decoración y, al mismo tiempo, la unión del monumento a la naturaleza cual si brotase aquél de la tierra como un árbol o una selva de piedra labrada, recordando los templos antiguos tallados en las montañas. Las creaciones de este artista extraordinario eran la derogación de los principios clásicos de la arquitectura. Winckelmann y Lessing se hubieran escandalizado ante las obras de Gaudí.[…] Quería Gaudí extender la arquitectura a los más ajenos a ella: a la imitación de las formas de la naturaleza, sacándola del dominio matemático, de su condición geométrica de formas abstractas […].

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