ABANSD’ARA
Opinió 22/02/2021

Que no decaiga (1981)

VÁZQUEZ MONTALBÁN 1981
3 min
Que no decaiga (1981)

Peces Històriques Triades Per Josep Maria CasasúsDe l’article de Manuel Vázquez Montalbán (Barcelona, 1939 - Bangkok, 2003) a Interviú (25-II-1981). Una peça periodística contundent, sense embuts, incisiva, argumentada amb el recurs intel·ligent a la ironia amarga i mordaç, publicada dos dies després del cop d’estat militar que va ser derrotat avui fa quaranta anys.

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Aún no se sabe si ha sido una muestra siniestra de teatro breve y malo o un ensayo general de golpe de Estado, […] Al pie de los hechos y de esta larga madrugada en la que España estuvo a punto de irse otra vez a la mierda, a esa mierda esencial que nos persigue como un pringue angustioso y fatal, la perplejidad de cualquier espectador es la más sincera declaración de alarma. Perplejidad porque los obispos no han pedido la liberación de los diputados hasta las once de la mañana. Perplejidad porque se ha convertido en innombrable el nombre de un capitán general que ayer decretó el toque de queda hasta la hora en que le dio la gana, sin que hasta ahora las alturas civiles y militares se hayan pronunciado sobre el pronunciamiento. Y sin embargo uno diría que es un final feliz, consciente de que todo final feliz es el menos infeliz de todos los posibles finales. “¡Mátalo, Tejero!”, gritaban los muchachos ultras en los alrededores de las Cortes, tal vez en el mismo momento en que Íñigo Cavero ofrecía su triple pecho a las balas y pedía: “¡Disparen!”. Tan feliz les ha parecido a algunos este final que ya han declarado, incluso antes de la liberación de los rehenes, que la democracia ha salido fortalecida. Pobre democracia. Dios nos libre de sus amigos que ella no se puede librar de sus enemigos. Al menos que no tenga que atender a dos frentes. Con una desfachatez a lo Curro Jiménez, un grupo de profesionales de las armas acribillan el Parlamento, sustituyen el poder constitucional por el terror con gorra, telefonean a Valencia para entretener la espera y, mientras tanto, todo el país pendiente de lo que hiciera el Rey, porque si el Rey no hubiera hecho lo que ha hecho el golpe era inevitable, ninguna fuerza lo hubiera podido impedir y a estas horas las vedettes de la democracia estarían en los paredones o en los campos de concentración, mientras los peatones de la democracia caerían como moscas en las fosas comunes o en los arrabales rojos de las ciudades industriales. Y puedo contarlo. E Interviú puede publicarlo. Es decir, la democracia sigue andando con la cabeza vuelta hacia atrás porque no se lo cree, porque tardará mucho tiempo en volver a creérselo y los señores diputados asistirán desde ahora a las sesiones de las Cortes con el reojo puesto en los accesos, por si se presenta el asno de Pavía. Y todo ha sido en nombre de ¡España! ¡Vivaepaña! Una España cuyos gritadores desnudan de la s. Epaña, dicen. ¡Vivaepaña! Viva la España de la plaza de toros de Badajoz y de todos los millones de muertos que se ha dejado por un camino marcado por el energumenismo sacramental de los salvadores. Y Tejero fumaba un cigarrillo junto al capitán de navío Menéndez, espiados respetuosamente por las cámaras de televisión. Qué aplomo, macho. Y eso que le condenaron a siete meses hace un año y ahora le pueden caer… muchos meses… Pero fuma un cigarrillo Tejero y quiere entregarse a la Guardia Civil. La liturgia que no decaiga. Y el marino quiere entregarse a un contralmirante. ¡Que venga enseguida un contralmirante! […] Malditos seáis.

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