José Jané Solá 1973
25/08/2018

La nueva dimensión económica del ocio

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La nueva dimensión  económica del ocio

Peces Històriques Triades Per Josep Maria CasasúsLa “Carta del Ocio”, que se elaboró en 1966 en el Centro Internacional de Estudios del Ocio en la ciudad francesa de Colmar, define el ocio en términos de “tiempo libre o tiempo residual”. En la citada carta programática se destaca que el ocio es, así de simple y transparente, una auténtica necesidad vital para el hombre. Es “el elemento compensador de las condiciones de trabajo y de la vida moderna”. Se trata, como se deduce de esta definición, de que el hombre repare los desgastes psicológicos a que le somete el mundo actual. Con la evasión y la distracción o con el mero dedicarse a determinadas ocupaciones fuera de las que obligatoriamente uno ha de aplicarse, se intenta compensar el cansancio y la alienación. […] El atractivo de las actividades de diversión y de los “hobbies” es muy fuerte, y pequeñas mejoras en el nivel de renta tendrán una gran influencia sobre el aumento de aquéllas. Por las mismas razones, el movimiento inverso será muy de difícil de producirse. Si debido a la inflación, por ejemplo, la capacidad adquisitiva discrecional ve disminuir su poder, la gente preferirá sacrificar ahorros e incluso (hasta cierto punto, naturalmente) necesidades primarias, antes que quedarse sin vacaciones, sin la compra del televisor o sin ir al fútbol, pongamos por caso. De este modo, y como se ha puesto de relieve para el caso norteamericano, la renta residual de tipo discrecional se convierte en la gran explicación del “boom” económico del ocio. Pero no sólo de renta discrecional se alimenta la economía del ocio, sino que se precisa un segundo componente como es el del tiempo libre. Tiempo libre que se refiere no tanto a muchos y cortos espacios no ocupados entre trabajo y trabajo, sino a lo que con gran lucidez el Servicio de Estudios del Chase Manhattan Bank ha denominado “leisure blocks”, esto es, “bloques de tiempo disponible”. […] Cabe observar cuánto le queda por recorrer -y qué expansión puede esperarse- a la economía del ocio en España. Porque si el poco tiempo libre, el pluriempleo y las agotadoras semanas laborales son hoy un freno evidente, su superación y las consecución de “bloques” de tiempo ocioso cada vez más largos está en la agenda de las conquistas sociales de los próximos años. La consecución de ocio no admite más esperas. Sin embargo, no todo es de color de rosa en este tema. El fuerte aumento de la demanda es tan acusado que choca con dos enemigos principales: el incremento de los precios y la saturación de instalaciones […] ello sin contar con diversos inconvenientes contra los que nuestra civilización se está mentalizando a pasos agigantados como son los problemas de ruido, seguridad y polución. […]

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