Agustí Calvet, ‘gaziel’ 1915
26/10/2017

Singularidades de la vida de París

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Singularidades  de la vida de París

Peces Històriques Triades Per Josep Maria CasasúsDentro de pocos años los niños de hoy, que nada ven del mundo porque florecen aún en una vaga somnolencia infantil, aislados del tumulto humanal y atentos sólo a su ingenuo egoísmo, se preguntarán vivamente qué aspecto tenía esta enorme y famosa ciudad de París durante los días del más grande conflicto de los tiempos modernos. Entonces, sacarán de los viejos archivos y de las colecciones marcadas con la fecha 1914-15 multitud de grabados, estampas, fotografías y dibujos, y los grandes volúmenes de los periódicos de hoy, encerradas entre duras cubiertas de pergamino sus hojas inmensas, tristes, amarillentas, caídas del árbol efímero de la actualidad. En España se encontrarán seguramente no uno, sino varios curiosos y eruditos -porque entonces España será un pueblo próspero, estudioso y casi feliz- que pasarán los días y las noches hojeando las grandes colecciones patrias, en busca de las noticias que los escasos corresponsales españoles un día enviaron a sus respectivos periódicos, […] Entonces quizá, alguno de esos curiosos del porvenir, buscando informaciones que evoquen en su mente el cuadro de París durante la gran guerra, volverá a leer estas crónicas humildes y oscuras. […] Y en el claro silencio de la biblioteca, rodeado de libros y apuntes, con la pluma en la mano apoyada sobre las blancas cuartillas, el cuerpo inmóvil y el espíritu atento, leerá con secreta fruición lo que sigue: “La vida política de París se caracteriza actualmente (febrero de 1915) por dos rasgos principales: la austeridad y el silencio. […] Las instrucciones dadas a la población para el caso que se presentaran sobre la capital las escuadrillas de taubes [avions alemanys] o de zeppelines son asimismo curiosas. Inmediatamente después de haber sido señalado el enemigo a la autoridad militar, el noble cuerpo de sapeurs-pompiers [bombers] recorrería la población haciendo sonar sus trompas formidables como signo de alerta. […] Los maestros y maestras de escuela estarán obligados, en tal caso, a guardar a los pequeñuelos e impedir que se asomen imprudentemente a las ventanas […] Los sapeurs-pompiers se encargarán de avisar a la población cuando sea oportuno, haciendo sonar otra vez sus trompas sonoras. […] Algunos de lo datos que hoy yo puedo ofrecer por primera vez al público moderno han sido extraídos de las correspondencias de la época que un tal Gaziel mandaba desde Francia al periódico La Vanguardia, el mismo que aparece todavía con el propio nombre, después de una existencia gloriosísima y más que centenaria.” […]

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